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Esta es la historia de Miriam, quien se separó de su pareja hace más de una década y ha estado luchando para criar a sus hijos desde entonces. A pesar de sus esfuerzos, Miriam no ha podido conseguir una vivienda propia debido a las dificultades económicas que enfrenta, a pesar de poseer un terreno. Recientemente, le ofrecieron una vivienda en mal estado que pudo mejorar para habitar temporalmente, pero el propietario le indicó que deberá abandonarla porque su hijo necesita el lugar. Esto la ha sumido en la tristeza y la preocupación, especialmente porque en su comunidad los proyectos de vivienda benefician principalmente a aquellos que ya tienen propiedades. Miriam reflexiona sobre la falta de oportunidades laborales en su zona y la necesidad urgente de una vivienda estable para su bienestar y el de sus hijos. Además, menciona el historial de violencia y abuso por parte de su expareja, lo que la llevó a salir de su lugar de origen. Miriam busca apoyo y soluciones para mejorar su situación y encontrar un lugar seguro y estable para su familia.
Transcripción
(0:04) Hace más de 10 años, me separé del papá, no soy el mismo.
(0:12) Si fuera un buen hombre, yo viviría con él.
(0:15) Y desde ese tiempo para acá, he venido luchando, luchando,
(0:20) que gracias a Dios, que ya la última, el próximo año va para la colegio.
(0:28) La otra entra en la universidad, y la otra entra en la colegio.
(0:36) Pero, a pesar que he luchado, yo creo que por tener mucho yo,
(0:42) la fuerza no me ha dado como tener una vivienda.
(0:46) Un lote sí tengo, un lote muy bonito, plano,
(0:51) pero no he tenido fuerza como tener la vivienda.
(0:55) Y uno para construir una vivienda, uno la construye con dos pesos.
(1:00) Porque un bulto de cemento nada más vale aquí 25, 26 mil pesos.
(1:07) Donde el solar mío tiene 6 por 14 de fondo.
(1:14) Entonces yo me siento muy aburrida, porque no tengo la vivienda.
(1:21) El año pasado, un señor me dio una vivienda a vivir.
(1:27) La vivienda estaba toda mala, no tenía piso, no tenía servicio, no tenía agua, nada.
(1:36) Bueno, y arreglamos que yo la fuera mejorando y viviera en ella.
(1:44) Y entre noches, cuando ya me fui de aquí a mi trabajo, me llenó el celular.
(1:50) Donde me dice que si no la termina de mejorar, según me va a sacar de la vivienda.
(2:00) La gente me decía, Miriam, usted está mejorando esa vivienda.
(2:05) Esa vivienda, cuando la vean bien buena, la saca de esa vivienda.
(2:11) Y yo le decía a la gente, no, de pronto no, porque él es mi paisano.
(2:16) Con mi papá en familia, vale.
(2:19) Y verdad, ahora que ya la vivienda está aquí.
(2:22) Con piso, repellado bien buena, con servicio.
(2:28) Y mejor dicho, organizar.
(2:30) Hay cuatro tanques.
(2:33) Entonces tuve un día y yo creo que se entusiasmó de la vivienda.
(2:37) Y ahora ya me está diciendo que el hijo que vive en Bogotá,
(2:41) y que tal que se viene para Diciembre con la mujer y los hijos,
(2:48) y necesitan la vivienda.
(2:51) La gente dice que pronto puede ser mentira,
(2:53) y no que, pues sácame de su vivienda.
(2:57) Para arrenday y ahí está cogiendo su plata.
(3:01) Yo ayer pasé el día llorándo, verdad muy triste.
(3:06) Porque aquí en el Chocó, los proyectos llegan.
(3:11) Pero llegan para la gente que quiere.
(3:14) Ve allá en este barrio que yo vivo, un barrio desplazado.
(3:20) Él se llama el 2 de mayo, por la violencia que hubo en Bellavista.
(3:26) Lo colocaron el 2 de mayo.
(3:30) Ve allá la mayoría de casas son de las profesoras, son de las enfermeras.
(3:35) Y las tienen arrendadas.
(3:39) Y a los que no tenemos, no salimos en esos proyectos.
(3:45) Entonces uno aquí, aquí en el Chocó, no hay empleo.
(3:49) Uno ganase, sí que unos 600.000 pesos.
(3:53) Ahorita yo aquí donde estoy, lo que me pagan es 400.000 pesos.
(4:00) Díganme, uno con tantos hijos estudiando.
(4:04) Pagando energía, que pagando cables, unas cosas.
(4:08) ¿Para qué le alcanzan 400.000 pesos?
(4:11) Viene uno más, viene prestando a muchas cosas.
(4:17) Entonces yo le decía a mi mamá, anoche menos de anoche.
(4:22) Y yo quería como, si me consiguiera un trabajo fuera del Chocó.
(4:29) Porque sin vivienda, yo no me siento bien.
(4:34) Y yo he pasado mucho trabajo, que yo pasé mucho trabajo con el papá de mis hijos.
(4:40) Este tipo me cortó, me cortó aquí en la cabeza.
(4:46) Ese tipo me hacia a disparos.
(4:48) Vea, esto era una cosa de loco cuando se endiablaba.
(4:53) por eso fue es que yo salí del pueblo.
(4:57) Y he sido paso de trabajo en trabajo.
(5:00) hasta que Dios quiera que termine de criar los pelados.
(5:06) Los hijos míos por eso no les piden al Papa nada.
(5:09) Él es minero.
(5:11) Y ellos no te asoman donde él.
(5:14) Como ellos no tienen casi, ni la casa de ellos,
(5:17) del papá de ellos con la madrastra pues,
(5:20) es una casa muy bonita, bien elegante.
(5:25) Y tienen de todo.
(5:28) entonces yo creo que eso él humilla a los pelaos y no les gusta que ellos vayan.
(5:32) ustedes que vienen a buscar, váyanse para su casa, váyanse, váyanse
(5:36) Entonces yo les pregunto,
(5:40) ¿En qué me puede usted ayudar?
(5:43) A ver si yo salgo adelante, a ver si ellos me ayudan
(5:47) cómo hacer mi rancho
TRANSCRIPT
(0:04) Mi nombre es Yenny Palacio Romagna, soy natural del Consejo Comunitario de Buchadó,
(0:12) municipio de Villa del Fuerte, zona 7, mi madre se llama Aurelina Romagna,
(0:19) mi padre Gabriel Palacio, mi mamá es de Buchadó, mi papá es del Baudó,
(0:26) y por cosas del destino se consiguieron y bueno, tuvieron nueve hijos, (0:30) de los cuales yo soy la quinta.
(0:35) Mi niñez, pues en términos generales digamos que es una niñez normal,
(0:42) pero con muchas dificultades, muchas limitaciones, muchas prohibiciones,
(0:49) porque hasta mi tiempo los padres le ocultaban muchas cosas a uno,
(0:58) le negaban muchas cosas a uno, por ejemplo, la ropa que uno se colocaba un diciembre,
(1:04) ya la volvía a colocar el próximo diciembre, y ya cuando uno se la colocaba le quedaba pequeña,
(1:13) porque mi adolescencia, cuando terminé la primaria en Buchadó, me vine a estudiar a Quibdó en el 88,
(1:23) hice la secundaria aquí, y desde ese tiempo estoy aquí en Quibdó,
(1:29) terminé el bachillerato en el 94, no entré, seguí a la universidad por dos razones,
(1:38) la primera, pues en el momento no tenía los recursos, la segunda, me daba miedo,
(1:47) yo pensaba que la universidad era una cosa supremamente dura y difícil,
(2:00) porque el que no se hiciera el ambiente, iba a pasar trabajo, y bueno, los otros se la iban a montar,
(2:07) pero cuando entré, por impulso de algunos compañeros del colegio, amistades,
(2:17) me impulsaron, me animaron a entrar a la universidad, entré a los 35 años,
(2:24) me pareció una experiencia muy bonita, porque estaba dentro de las mayores del salón,
(2:32) pero parecía una de las menores, porque, vea, fue un ambiente súper agradable,
(2:41) no tuve problemas con ninguno de mis compañeros, y traté siempre de estar como a la vanguardia.
(2:51) Durante mi estudio de bachillerato, tuve una experiencia muy dura,
(2:57) con una persona que viví cuatro años y medio con ella, la acompañaba en su casa,
(3:04) porque ella era una señora de edad, y le ayudaba en los quehaceres de la casa,
(3:10) pues esa señora, no sé si se aburrió de mí, o bueno, no quiso vivir más conmigo,
(3:19) que me trató de ladrona, me dijo cosas muy duras, muy pesadas, y a mí me dolió mucho eso,
(3:28) porque en los cuatro años y medio que viví con ella, traté de andar siempre por el camino correcto,
(3:38) cuidarle sus cosas, antes de cogerle algo se lo pedía,
(3:45) pero desafortunadamente pues nadie es tacita de oro para caerle bien a todo el mundo,
(3:51) y bueno, ya ella no quiso vivir más conmigo, y de pronto esa fue la forma que vio más fácil de sacarme de su casa.
(4:00) Me fui, una tía mía me dio un ranchito, que consiguieron un ranchito porque estaba techado con hojas de palma,
(4:09) y arriba de las hojas tenía un plástico, tenía las cuatro paredes, solo una pieza,
(4:17) y ahí hacíamos todo lo concerniente al hogar, vivíamos varios hermanos y mi mamá, y una sobrina.
(4:29) Bueno, eso me ayudó para seguir adelante, porque gracias a eso pudimos hacer su casa,
(4:39) aunque no estoy viviendo en ella en estos momentos, porque decidí hacer mi vida por otro lado con mi hijo,
(4:49) que me ha parecido muy chévere la convivencia con mi hijo, porque nos reímos, peleamos, bueno, compartimos todo,
(5:03) a veces nos toca alejarnos unos días por el trabajo, pero ahí vamos saliendo adelante.
(5:10) Otra cosa que me ha servido mucho para mi crecimiento personal es la llegada a Cocomacia.
(5:18) Empecé a trabajar con la Comisión de Género en el 2009, cosa que francamente no tenía conocimiento de cómo se movía,
(5:30) cómo era el movimiento con el trabajo, que nada, no tenía conocimiento de nada prácticamente.
(5:39) Y fue, bueno, me dediqué, porque quería aprender, me gusta el trabajo comunitario, me gusta compartir con las comunidades,
(5:49) y esos trabajos así donde uno tenga que ir, compartir experiencias, conocer las experiencias de las comunidades, me encanta ese trabajo.
(6:04) Y eso me ha servido mucho, porque antes era súper tímida, a mí me aterraba hablar en público.
(6:16) Ahorita, gracias a Dios, ya soy una mujer que va a los talleres con la Comisión de Género, baja sus temas, mejor dicho, he cambiado para bien.
(6:33) Este es un proceso de aprendizaje, de nuevo conocimiento para la vida práctica, para la vida personal, laboral, profesional.
(6:46) En 2011, del 25 al 29, se hizo el encuentro asiático en la comunidad de Tutuniendo.
(6:56) A la Comisión de Género le tocaba bajar el informe y hablar del diagnóstico participativo que hizo en el Consejo en la Zona 5.
(7:09) Las compañeras, por miedo también, no hablaron y me dejaron ese tema del diagnóstico participativo.
(7:21) Yo soy señora muy animada y todo, pero cuando yo me paré al frente, que yo vi más de 600 personas, a mí el cuerpo, a mí me temblaba hasta el cabello.
(7:38) Yo entre mí decía yo no soy capaz y hubo un momento que no lo pensé, no que lo hablé y yo decía estoy nerviosa, yo temblaba, yo tenía el micrófono en la mano y temblaba, pero temblaba, yo no soy capaz.
(7:53) Y la gente me decía cálmese, cálmese Yenny, yo nada que me calmaba.
(7:58) Y inicie a bajar el tema, embolatada totalmente.
(8:05) Ya hubo un momento que me senté y empecé, iba pasando la diapositiva, iba hablando y allí me fue como pasando el nerviosismo que tenía.
(8:19) En mi vida me había parado ante tantas personas para empezar un discurso o dar un tema, nunca.
(8:32) Con poquita gente lo hago normal, bien sabroso, pero cuando ya me tocó pararme ante tanta gente y como que todos tenían los ojos sobre mí, yo el pánico me iba a matar.
(8:49) Entonces me sirvió mucho porque eso le sirvió a uno para ir botando el miedo, para ir cogiendo cancha a la hora de pararse ante un público.
(8:59) Y si despierta uno, ya cuando le toque a uno la próxima, ya uno lo hace de forma diferente, ya sale uno con menos miedo de equivocarse, de hacerlo mal al frente de tanta gente.
(9:19) Entonces es una anécdota que cuento para bien, porque de allí uno aprende.